POR JAIME COSTECHO
El Gobernador Aispuro no puede superar su priismo, que como
el coronavirus, se puede curar, pero sus secuelas pueden causar daños
permanentes. Quizá por ello, consciente o inconscientemente, les dio a sus
amigos priistas mucho más de lo que merece ese agónico partido que hoy, gracias
al Ejecutivo, recibe con la coalición
una buena oxigenoterapia, para seguir hablando en términos pandémicos.
Antes de que se confirmara la orgiástica coalición PRIANRD,
ninguno de los cartuchos quemados del tricolor se animaba a competir por un
distrito, pero en cuanto se legalizó el amasiato político, todos los
impresentables levantaron la mano y fueron a pedir chichi a CDMX con sus
respectivos padrinos, bueno, hasta Ricardo Pacheco que no gana ni una jefatura
de manzana, corrió a lamerle el culo a Carlos Aceves, para exigir el segundo
distrito, donde según el dirigente de la casi extinta CTM, tiene más de 40,000
votantes seguros (lo que no dijo es que en su contra).
Benítez, por su parte, reclama un distrito o una Pluri
(mejor), a cambio de librar a la militancia de su insoportable presencia en el
Comité Estatal. No suena mal, el problema es que no encuentran un lugar de la
geografía electoral, donde el ignominioso dirigente pueda ser competitivo.
El otro desvergonzado es Ricardo López Pescador, que ni tardo
ni perezoso le pidió a su amigo Alito Moreno el Sexto Distrito, que comprende
los municipios de San Dimas, Pueblo Nuevo y Canatlán. Por lo pronto, el deseo
de este dinosaurio ya provocó una rebelión al interior del PRI, ya que el
alumno estrella de la presidiaria Rosario Robles, cuando fue Diputado por esa
región, jamás regresó ni a regalar una miserable despensa. Sin mencionar que en
Canatlán, su tierra, no lo quieren porque tampoco ha sido capaz de regalar ni
una lata de pintura.
En la Laguna las cosas no están mejor. Doña Lety pretende
imponer a su medio hermano, el hoy Sub Secretario de Gobierno, uno de los más
grises y corruptos que ha habido por aquellas tierras. Y por otro lado, a
Homero García ya le palomearon a su consorte, una dama de no muy buenas
andanzas en la política ismaelita y que ni siquiera es lagunera. Eso sí, Susana
Torrecillas ya unió a todo el PRI de Lerdo, pero en contra de su candidatura.
La generosidad del Gobernador con sus entrañables amigos
tiene muy enojados a los panistas, aunque no sorprende a nadie. Todo el mundo
sabe que Benítez se encargó de sabotear la campaña de Esteban Villegas cuando
fue su coordinador (aún recordamos con nostalgia aquel sonoro “¡Pendejo!” que
le lanzó el doctor en plena campaña y que se filtró en audio a las redes
sociales) hoy Aispuro le paga el favor.
Todo el mundo sabe que Ricardo López también jaló con El
Güero en 2016, no por nada hasta la fecha, cobra una nada despreciable mesada
de 60 mil pesos en el Bicentenario.
Todos sabemos que en la campaña de hace 5 años, Ismael no
movió un dedo para ayudar a Villegas, hoy el Góber le retribuye con curules
para sus incondicionales.
No creo que Marko Cortés esté muy contento con la repartición
que hizo Aispuro, solo faltó que les entregara a los priistas una doncella. Si
los azules tuvieran dignidad, no aceptarían las migajas que les están
ofreciendo, porque no me digan que Castrellon, Jaime Rivas, Maturino o Mojica
son muy panistas que digamos. Esta coalición no es una alianza en favor de
Durango, representa el regreso de lo peor del PRI al poder en el Estado.
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