Fue demasiado el festín de los que viven de la política, un
partido que ayudamos a crear desde el principio de su corta historia, con muchas
vicisitudes y trabajo.
En Morena donde la gente siempre apoyó, con entusiasmo,
convencida del proyecto, dando todo y por nada, siempre participó sin dudarlo.
Se logró el objetivo, como buitres cayeron los sicarios, vividores
de la política, llegaron por todos lados y de todos lados, conocidos y
desconocidos.
Los que nos repudiaban,
odiaron siempre, ahora nos aman, se unen a la causa, los compadres contrarios, llegaron
convencidos, con privilegios, los oportunistas, lisonjeros, barberos, sacaron
sus mejores garras y artimañas para convencer a los supuestos adecuados.
Ahora todos estaban ya
convencidos de que Morena era la mejor opción, se repartieron el botín, el festín siguió por un lado y por otro, ante
la mirada atónita de los militantes y simpatizantes.
Y así se construye la
historia de una Morena en Durango (muy parecida a muchos estados), donde
olvidaron a los verdaderos morenistas, al pueblo que apoyó, a los que sufrieron
las inclemencias del tiempo haciendo campañas y convenciendo a los demás en apoyo
de un proyecto encabezado por AMLO
Olvidaron el compromiso social, se adueñaron de algo que no les pertenece e ir
hoy se lo pelean como si fuera de ellos, como si fuera su creación, por qué la
dignidad, el enojo, nos hizo a muchos mejor retirarnos ante tal aberración,
desgraciadamente dejando en manos de esos buitres de la política, nuestro
sueño, nuestro proyecto, dejando la “Esperanza de México “en un grupo
repugnantemente y asqueroso que solo se
dedica a obtener y pelear por sus propios intereses, pero recuerden “el pueblo pone,
y el pueblo quita”, ese pueblo aún está
vivo y activo
0 Comentarios