NOVENO CÍRCULO…
Por: Fhernanda Simental L.
Twitter: @Fher_Turkita
Lamentablemente, al ser el cine una industria preponderantemente de
hombres, que producen y dirigen películas desde la visión masculina, es muy
difícil y extraño encontrar cintas que cuenten lo que realmente experimenta una
mujer al ser acosada, abusada y violada, por ello, algunas de las películas que
se encuentran fácilmente, las cuales abordan estos temas desde la perspectiva
de los hombres, aunque la protagonista sea mujer, son romantizados, erotizados
y se convierte en los sueños retorcidos de los varones… y eso que no estoy
hablando de la industria de la pornografía.
Una vez, tuve la desgracia de escuchar a un compañero de la prensa local
de Durango afirmar que “las mujeres disfrutan cuando las violan”, esto momentos
antes de meter su grabadora con un funcionario público que hablaría sobre un
caso de abuso a una menor. Esta lamentable escena me confirmó no solo que la
construcción mental de muchos hombres está sustentada en falsas creencias
alimentadas sobre todo por la industria fílmica, ya sea desde el porno o desde
la ficción, por ello, no hay una sensibilidad sobre este tema tan delicado,
difícil, el cual la mayoría menosprecia y ve como algo menor.
Los reclamos que se hacen desde los movimientos feministas y las marchas
del 8 de Marzo, han caído como balde de agua fría en muchos hombres, que se
extrañan y se ofenden porque han descubierto que a las mujeres no les gusta que
extraños les griten en la calle, ni el ser tocadas y mucho menos violadas;
muchos hombres sí, creían estúpidamente que “No” significa “Sí” y que una mujer
mancillada se sentiría “halagada” … sí, aunque ustedes no lo crean, eso
pensaban muchos hombres.
Existe una serie dentro del catálogo de Netflix que se llama
“Inconcebible”, la cual recomiendo ampliamente por la manera en que enfrenta y
narra la violación de dos diferentes jóvenes: Una, con inestabilidad financiera
y social, la otra una estudiante. Ambas jóvenes sufren evidentemente, pero la
ley se aplica de manera sesgada, creyéndole a una y menospreciando a la otra
por su “historial” poco convincente.
Ficción y realidad se unen para describir lo que muchas mujeres han
sufrido: Padecer luego de una violación, la pesadilla de la burocracia y la
ley. En Durango, luego del 8M muchas mujeres, sobre todo jóvenes han alzado la
voz sobre los abusos que han sufrido, como la menor de edad Ivanna Soto, quien
tuvo que hacer público lo que le sucedió, pues en siete meses la Fiscalía del
Estado y su titular Ruth Medina Alemán, no avanzaban con su caso y parecía
protegía a los agresores, uno de ellos, Jorge Rocha, hijo del ex diputado y ex
secretario general del PAN, José Luis Rocha Medina.
El caso también de la joven Lucero Rodríguez, quien denunció también
ante la Fiscalía del Estado al delegado nacional de Movimiento Ciudadano, Javier
Jaramillo, caso que hasta hoy parece también en la congeladora, guardándolo
aparentemente, en beneficio del agresor quien continúa libre.
En la película “Secuestrada: La verdad de Lisa McVey”, que también
encuentran en Netflix, nuevamente una menor de edad es secuestrada y violada,
acude a la policía y es humillada por la autoridad que no le cree y desestima
su denuncia pues “no parece lo suficientemente perturbada ni traumatizada”,
escena que me recordó lo que narró la joven Ivanna, quién desde el dolor,
valientemente enfrentó a un sistema que no le cree a la víctima.
Para ella, y otras jóvenes que han sufrido lo mismo, estamos juntas y no
están solas.
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