Pues
resulta que, en el DIF Estatal a sus trabajadores de la administración pasada,
están pisoteando sus derechos laborales ya que no están respetando sus
contratos colectivos de trabajo, solapados por la Dra. Rocío Azucena Manzana
Chaidez quien funge como dama de compañía de la temible gobernadora Elvira Barrantes,
pero se dice la Directora del DIF Estatal Durango.
Si
Doña Rocío Azucena Manzana Chaidez solapa a sus coordinadores de los atropellos y
falta de respeto contra los trabajadores, ya que si no hacen lo que ellos
quieren los mandan a la Subdirección de Recursos Humanos con el C.P. Jorge Rodrigo
Ceniceros Serrano, que es un déspota, prepotente, que ni siquiera tiene la
decencia de verte frente a frente e ignora, el sujeto hace pasar horas, a veces días esperando afuera de su oficina,
para decirte que te va poner a disposición del Departamento de seguridad e Higiene.
Luego
ahí te tienes que ir de velador o de limpieza no importándole el nombramiento
de tu contrato, ni tu horario, amenazando e intimidando al trabajador con el argumento
que tenemos que hacerlo por qué son las necesidades del DIF además obligatorio, pisando derechos laborales que
están en los contratos colectivos de trabajo que ahí claramente dice el nombramiento
y horario de trabajo por el cual fueron contratados.
Pero
si no aceptan el cambio automáticamente te pasan con el Lic. Abel Artea Castañeda,
el cual sin ningún argumento sustentable por qué nos despiden, te da una
cantidad irrisoria por lo que nos van a liquidar.
Todo esto solapado por la Dra. Rocío Azucena
Manzano que es una mujer prepotente, soberbia y chismosa por qué no tiene el
valor moral de hablar con la verdad, solapando los atropellos contra los
trabajadores, pero a su gente la cuida y la protege de todas las negligencias y
malos manejos que hacen y aparte si queremos ir a defender nuestros derechos a
conciliación y arbitraje nos salen con la tontería que no tenemos derecho a
nada, que lo que nos quieren dar está bien, que salimos ganando, los que les han metido pleito legal a ellos,
resulta que los laudos se retrasan meses
porque no hay dinero para pagarle a los trabajadores, por qué quieren
dejarles el problema a la próxima administración que llegue.
Estas
son historias reales en el Durango de la impunidad o en la tierra del nunca jamás
que es lo mismo no pasa nada.
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