Por:
QUETZAL HERRERA
Hará
que revisar hasta qué punto se podría justificar como “democrático” el proceso que vivió Morena
dentro de las asambleas distritales este fin de semana, que se encaminará al
Congreso Nacional Ordinario de este instituto político; porque lo que se sabía
en torno a la disputa de los distintos grupo por tener el control y desde luego
las posiciones para las próximas elecciones, quedó de manifiesto con la serie
de irregularidades que se evidenciaron, desde el acarreo y compra de votos,
hasta las agresiones físicas y verbales que fueron la constante en espacios informativos
y redes sociales; pareciera que el “encontronazo” se da entre quienes tienen la
posibilidad de movilización, buscando sus propios intereses, con los morenistas
de cepa y los recién llegados, todos buscando dejar de manifiesto sus
intenciones; pero es más que claro que en su propia disputa, son ellos los que salen
perdiendo.
De
entrada, será muy difícil la argumentación en torno a la participación, sobre
todo en los lugares donde no se reventaron las asambleas, pues quedó de
manifiesto la estrategia de “apoyar” con el transporte a ciudadanos que en muchos
de los casos ni siquiera sabían a qué iban, o por las amenazas a los adultos
mayores de que les cancelarían los apoyos gubernamentales. O en algunos casos, documentados
también a través de redes sociales, se les estuvo entregando un instructivo de
cómo tendrían que votar, sobre todo en estados como Oaxaca y Veracruz, que ha
sido donde más se han presentado estos lamentables acontecimientos. En el caso
de Durango} también hubo altercados que se generaron en los centros de votación
como el caso de Gómez Palacio.
Creo
que ante estas evidencias uno de los principales señalados será el dirigente
nacional Mario Delgado, porque habría que partir del principio básico de
cualquier proceso, garantizar el derecho a emitir el sufragio, con todo lo que ello
implique, seguridad, transparencia y libertad, algo que quedó muy distante en
este proceso interno de Morena, es decir, quienes deberían haber cuidado que
esto se garantizara en todo el territorio nacional, fueron ellos mismos quienes
a través de distintos mecanismos provocaron estas anomalías; y de quedarse de
“brazos cruzados” en relación a las denuncias que se han hecho como el caso de John
Ackerman, creo que el presidente nacional morenista le estaría entregando muy
malas cuentas al presidente y quizá su permanencia en los controles de este
partido estaría en riesgo. Y pensando en que buscan desaparecer al INE, acaso ¿podríamos
estar frente a lo que serían las futuras elecciones?
Ante
este escenario de conflicto morenista creo que quien gana es la oposición al
proyecto de López Obrador, o en su caso si el jefe del ejecutivo cumple con
desmarcarse en su totalidad del partido que fundó, aún mantendría su
credibilidad con quienes han estado con él y su forma de gobierno, porque habrá
que diferenciar también ese aspecto, no todos los morenistas han representado
en su totalidad el proyecto de nación que encabeza AMLO, y han buscado más el
poder y posiciones antes que la defensa de una ideología, y eso precisamente, es
lo que tiene hoy a morena en un “ring” político interno, del que saldrán cada vez
más desgastados. Viene el proceso del 2024, y deberán evaluar los daños que
este fin de semana les ha dejado su proceso, si es que en verdad buscan
representar los intereses Ciudadanos Pajareando.
A
un mes de que concluya la administración de Jorge Salum, otro de los aspectos
que habría que resaltar de su administración, es la buena relación con el
sindicato de trabajadores municipales, algo que parecía lejano cuando asumió
las riendas en el 2019, derivado de la dirigencia que existía, porque al final
de cuentas quienes salen ganando en una buena relación, son los propios
trabajadores
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