Fue el pasado 22 de agosto cuando Aniri Macías dio a luz a su primera bebé en el Hospital Santé ubicado en la ciudad capital.
A sugerencia de su ginecóloga, fue intervenida por
cesárea, se le aplicó anestesia por bloqueo, cuatro días después comenzó el
calvario, cefalea intensa, como si “le martillaran” la cabeza, tuvo síntomas de
vómito, vista nublada, constantemente fue a revisión.
Pero no solo Aniri presentaba estos síntomas, según
les informó la ginecóloga, otra paciente obstetra, que también se alivió por
cesárea el mismo día, presentaba complicaciones de salud, ahí se prendió el
color amarillo en el semáforo, algo estaba pasando…
Su esposo, Abraham Hernández Salazar, relató el
proceso que han tenido desde hace más de dos meses, acudieron con médicos
internistas e incluso fueron a revisión a los consultorios Similares,
“desesperadamente, si los especialistas no estaban dando resultados, buscamos
en otro lado otra opinión”.
Señaló que fue la misma ginecóloga quien habló de la
“contingencia sanitaria” que se estaba presentando en mujeres previamente
intervenidas en cesárea, con uso de bloqueo.
En este tiempo, Aniri ha estado internada cuatro veces
en el Santé, en todas han cobrado desde 5 hasta 8 mil pesos por la atención que
solamente calmaba los síntomas de manera momentánea.
“No ha podido disfrutar a su niña recién nacida, no le
pudo dar pecho, esto ha conllevado una situación emocional para ella, la
impotencia de no poderse sentir bien”.
Aniri, de 37 años, se encuentra hospitalizada en el
Hospital General 450, estable, pero ha reportado baja oxigenación, este jueves
se le realizará la punción lumbar, para el lunes se esperan los resultados que
determinen si es un caso de Meningitis Aséptica, pues todos los síntomas
coinciden.
“Más que culpables, estamos buscando respuestas,
soluciones, que mi esposa esté bien, que pueda disfrutar de la bebé y su
familia”.
La cesárea de Aniri costó más de 40 mil pesos, porque
estuvo presente un especialista porque antes de dar a luz la diagnosticaron con
placenta previa, en dos meses con visitas al doctor y medicinas los gastos se
han duplicado los gastos, el hospital privado no ha respondido por ningún pago
hasta el momento.
La COFEPRIS Durango es corresponsable de lo que está
pasando en Durango con la meningitis, por qué es el órgano que tiene que ir a
verificar el estado que él tiene que guardar las unidades hospitalarias tanto
privadas como públicas, eso se llama sanidad y tiene que estar pendiente de
ello, ¿Qué pasó que después de operar a las personas QUE adquirieron esa
enfermedad DONDE hay un virus en el hospital en un medicamento “pirata”
La doctora Irasema Kondo quien despacha como Secretaria
de Salud, en vez de salir a decir estupideces, evidenciar su nula capacidad
como funcionaria, debió clausurar las unidades médicas envueltas en este
complicado asunto médico, suspender el funcionamiento de esos hospitales que
están señalados.
Mientras eso sucede un dato más para que se deslinde
responsabilidades, sabe usted porque el Dr. Carlos Maa de la Asociación de
Hospitales Privados ha declarado más en los medios que la propia Secretaría de
Salud Irasema Kondo o el mismísimo “Subsecretario de Atención Médico de la SSD”
el Odontólogo Ramón García.?
La respuesta es simple pues porque la Secretaría de
Salud en su vida ha ejercido la medicina, el Odontólogo ni idea tiene sobre
este tipo de casos. no estamos en situación de guerra, pero sin General,
imagínese si llegara por la temporada otra ola COVID-19 de nuevo como se espera
a la ola de influenza que ya está en Jalisco, por cierto.
Dios nos ayude Duranguenses.
Por último, por si le faltara algo más hay un primo,
el que tiene a su esposa internada, dio a luz, de ahí se enfermó, según la prima
de la señora tiene meningitis, lo grave del tema que aparte del estado de salud
en el hospital que siguen cobrando, además ella sigue internada
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