El nocivo Gerente General de la Coordinación General de Programas del Bienestar Gabriel García, renuncia, el nene se regresa al Senado


 

Regañiza en Palacio

 

-El enojo poselectoral del presidente se expresó el pasado lunes 14 en Palacio Nacional, con los superdelegados estatales.

 

-El enojo postelectoral del presidente se expresó el pasado lunes 14 en Palacio Nacional. Reunión a puerta cerrada con los superdelegados estatales, 31 en total, y algunos morenistas regionales.

-El mensaje fue claro, sin ambigüedades y con un tono más que enérgico: AMLO los acusó de soberbios, envanecidos, ambiciosos, vulgares, individualistas, buscando sólo su propio beneficio personal, peleando cotos de poder como si hubieran muchos proyectos: “Que les quede claro -espetó el presidente- proyecto sólo hay uno”. ¡Vaya regaño!

-Quienes atestiguaron la zarandeada furiosa del presidente, registraron dos datos centrales:

El primero, al referirse a la derrota en la Ciudad de México, el presidente dijo “Claudia se equivocó, no debió hacer caso a sus expertos y cerrar la ciudad en la pandemia; se distanció de las bases, dividió, no buscó la unidad, debió impulsar más programas sociales”.

 

-Vaya diagnóstico del jefe del Ejecutivo respecto a su colaboradora consentida, predilecta y además, cobijada en las reuniones de estos días en Palacio.

-El segundo dato relevante tiene que ver con Ricardo Monreal, al referirse a él en el contexto de los resultados en Cuauhtémoc como “ese traidor”.

-Aparentemente, a los ojos del presidente, el senador eficiente que ha impulsado y logrado aprobar todas -o casi todas- las iniciativas del ejecutivo, es visto ahora como un traidor al movimiento y a la causa. Entre las filas de Morena corren las versiones de que Monreal operó en contra de Dolores Padierna, mediante la figura del exdelegado Néstor Núñez, alfil indoblegable del senador.

 

-Claudia Sheinbaum y la propia Dolores han expresado en corto sus dudas y enfado hacia el senador, quien “rema para sus propias redes”, afirman.

 

-Monreal, conocedor de esas versiones, declaró en los pasillos del Senado que “es falsa la versión de que jugó a las contras, que no reúne tanto poder y que él nunca ha traicionado a nadie”.

 

-Pero lo que atestiguamos son apenas los prolegómenos de la batalla campal que significará la sucesión de Andrés Manuel.

Claudia y Marcelo enfrentados inevitablemente por el conflicto de la Línea 12 y la repartición de responsabilidades: para ella, la jefa de Gobierno, está la inexplicable cancelación de 190 millones de pesos anuales para el mantenimiento especial de la línea, por las fallas técnicas de peralte, desgaste y estructura originales; y para él, la inocultable -hoy demostrada por peritos internacionales- irresponsabilidad de poner a funcionar una línea de transporte colectivo, sin los dictámenes finales, la supervisión adecuada y la dirección de obra con absoluta autorización.

 

-Ya el presidente empezó a operar, al convocar al ingeniero Slim para buscar soluciones: ayudar en la reconstrucción, asumir parte de la culpa y otros escenarios.

Ebrard puede argumentar -como lo ha hecho ya- que fueron decisiones colectivas y de muchas instancias por la dimensión de la obra.

 

Hoy los peritajes demuestran la irresponsabilidad de los constructores, los directores e inspectores de obra y, por supuesto, los titulares políticos de las decisiones: Mario Delgado -secretario de finanzas y cabeza del fondeo al proyecto; Marcelo Ebrard, jefe del gobierno capitalino.

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