Nuevamente el Partido del Trabajo de Alejandro González Yáñez queda bajo el estigma al que siempre se le ha caracterizado ¿un aliado nocivo?



El partido de la Estrella amarilla saco muy pocos votos en estas elecciones 2021

 

La franquicia política controlada por Alejandro González Yáñez dejó al descubierto que lejos de trabajar por el bien ciudadano, por lograr esa transformación que tanto pregonan hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador, por hacer sinergia social con el partido más fuerte de su coalición, morena más allá de eso, sigue actuando como una moneda política de cambio.

 

Casualmente en los distritos donde hay figuras cercanas a José rosas Aispuro Torres actual gobernador de Durango, Ismael Hernández Deras, líder nacional de la CNC y nuevamente próximo diputado plurinominal, el Partido del Trabajo se indica con una votación muy pobre.

 

Entre los corrillos morenistas circulan versiones sobre el dudoso  actuar de Gonzalo, de hecho analizan volver a hacer una alianza con este personaje de una amplia preparación, hay que decir, pero que al final se inclina hacia otros proyectos de su mejor conveniencia.

 

El Partido del Trabajo no tuvo una organización estratégica con sus candidatos, no dio indicaciones como las que se necesitan para lograr una votación copiosa, al contrario ejerció papeles agresivos, violentos en supuestos casos de entrega ilegal de despensas, por esas actuaciones hay varios petistas con denuncias por agresión física.

 

A sus candidatos no se les vio activamente en sus distritos y a quién sí, no sabían de un plan estratégico, pudiera ver muy pocos candidatos originarios del Partido de Trabajo que sí dieron el todo, que por ellos no quedó, son muy contados por cierto, gente rescatable con una mayor apertura y futuro político, pero al final de cuentas la última indicación, opinión, observación tenía que costar de la venia de Gonzalo Yáñez, quién sigue siendo el estratega, operador, comunicador y hasta comunity manager del Partido del Trabajo.

 

Mucho tendrá que explicar la militancia petista ante esta actuación de Gonzalo, principalmente en la capital de Durango, donde se supone que el Partido del Trabajo tiene bases sociales y colonias a su favor, ya vimos que sí, pero las descuidaron intencionalmente para favorecer a otros partidos opuestos.

 

Se viene la elección grande en Durango,  la figura de Gonzalo ya de por sí desgastada sigue desprendiendo un olor a duda, incluso así lo asegura la gente de izquierda local.

 

Ya no son esas dobles planas de periódico donde el Partido del Trabajo multiplicaba multitudes con Photoshop, ya no son esos titulares con palabras llamadas como el clímax social, es otra forma de operar se trata de ese estigma que persigue el Partido del Trabajo desde hace años que lo encasilla  como una  moneda política de cambio que a último momento giro 180 grados para favorecer la proyecto de otros partidos opuestos

 

Fuente: Marco Ortiz o LaEraMediática

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