Don Manuel Espino que es un
“golondrino”” que no hace nido en ningún lado se establece de forma permanente,
por lo regular a todo le tira y a nada le atina, por lo menos así lo demuestran
los hechos, primero fue uno de los peones de Martita Sahagún en el sexenio del
tristemente célebre Vicente Fox.
Pero volviendo al presente en cuanto
se detectó que la Delegación de Bienestar por quedar acéfala la dependencia y
también porque el Campesino de la ODC dejo un aroma a podrido, el gerente de
Ruta Cinco Manuel Espino se auto-apunto para ser el nuevo Súper Delegado.
Luego fue policía, diputado por MC, hoy
en día, Ruta Cinco es una nueva forma de “hacer política y hacer valer la
voluntad de las mayorías” ese es el lema del negocio además pregonan “Pondremos
a la sociedad por encima de los partidos políticos, que se han sentido dueños
de nuestro destino: diputado Manuel Espino
Asegura que la naciente agrupación
promoverá una nueva cultura política con dimensión ética, democrática,
solidaria y humanista
Con ciudadanos de diversa procedencia
partidista, buscará transformar la actual dinámica política y revertir la
crisis nacional.
Pero sus esbirros que están en
Durango, un par de pillos manejan como si fueran “palomeados” por Morena en la próxima
contienda, su vehículo con placas W96-AXA de la Cd de México, transitaban por
el Boulevard Francisco Villa al estilo de cómo se conduce en la capital del país.
A la altura del Puente El Capricho
de Elvira, estos rufianes aparte de que traían prisa por ir a pagar el recibo
de la luz del detalle, amante o de la “oficina” (aunque al final iban por otro
asunto), los cafres se metían como la humedad entre el intenso tráfico, al pasar
en la inconclusa obra del priista Aispuro, los rufianes le pisaron al
acelerador al máximo solo para detenerse en la CFE a pedir “informes”.
Al ver que se les tomaba fotos para evidenciar
como actuaran estos pillos que sacaron el dedo pulgar haciendo la señal de “te
la comes”, tan solo imaginar que en el remoto caso de que Don Manuel Espino sea
el ungido de Don Jorge Herrera Caldera, pues da pavor de saber cómo se
manejaran estos cafres del volante.
La actitud prepotente, desposta, se
evidenció en tan solo un pequeño tramo de la rúa más transitada de la capital
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