Con motivo del 458 aniversario de la fundación de la ciudad
de Durango, el gobernador José Rosas Aispuro compartió un mensaje a la
población donde señala que “Durango es la ciudad en la que vive la familia,
donde pueden caminar por sus calles libremente”, e invita a disfrutar de ellas
en familia.
Si esto es cierto, sería bueno que caminara en familia por
las calles de las colonias, barrios, fraccionamientos y comunidades de la
periferia de la ciudad. No lo hace porque sabe que esas calles son inseguras,
intransitables y se encuentran en un abandono total y desprecio imperdonable
para los habitantes de estos centros habitacionales marginados por los
gobiernos del PRIAN.
En el mismo entorno fundacional de la ciudad, a su vez, su
correligionario panista, el alcalde Jorge Salum, anunció con bombo y platillo
el “regalo a la ciudad” consistente en la entrega a Obras Públicas Municipales
de 20 equipos de maquinaria pesada, tres de topografía, ocho camiones de volteo
y cinco vehículos nuevos, por una inversión total de más de 71 millones de
pesos, para prestar un mejor servicio. ¿Qué hace el presidente municipal con 2
mil 400 millones de presupuesto? Según Jorge Salum este equipamiento no se
había tenido nunca en la historia.
Esto es falso.
Después del trienio 1992 – 1995, siendo presidente municipal
Gonzalo Yáñez, no se ha realizado inversión pública para programas de bienestar
e infraestructura urbana y rural de la envergadura como la ejecutada en esa
administración municipal ahora histórica en la cual se instaló una cementera y
maquinaria propiedad del Ayuntamiento para iniciar en la capital la cultura de
la pavimentación con concreto hidráulico (como ejemplo la vialidad Primo de
Verdad y la calle Nazas); además distinguiendo a nuestra ciudad como la primera
capital de estado en América Latina en contar con una cobertura del 100 por
ciento en las redes de agua potable.
La diferencia entre los gobiernos prianistas y el encabezado
por Gonzalo Yáñez es simple y muy profunda: los primeros se han distinguidos
por su escandalosa corrupción y desprecio a Durango. Con Gonzalo prevaleció la
honestidad en el manejo del presupuesto y su inmenso amor a Durango.
Para la reflexión: Los gobiernos honestos y al servicio del
pueblo brindan felicidad y verdadero bienestar a la sociedad.
Los gobiernos corruptos y clasistas como los del PRIAN solo
otorgan humillación y despojo social a los más necesitados.
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