Hace
muchos años los cargadores del Mercado de La Merced, al terminar sus agotadoras
labores se juntaban para descansar, tal vez echarse un taco.
Lo que nunca faltaba a esas horas era el
tequila cuando era una de vida del pueblo “corrientón”, como no tenían copas ni
vasos, agarraban un chile poblano, lo cortaban más o menos a la mitad
sirviéndoles la parte de la punta como copa para el tequila.
Así se tomaba varios “medios chiles” hasta
embriagarse, ese término sigue usándose para las personas no totalmente ebrias,
pero si bien servidas ¡salud cabrones!...
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