Los resultados del ganador de las
seis gubernaturas en juego el domingo no representaron ninguna sorpresa. Como
se esperaba, Morena ganó cuatro de los Estados que estaban en disputa. Las
sorpresas no estuvieron en las plazas ganadas, sino en el margen de diferencia
entre la primera y la segunda fuerza electoral en algunas contiendas. En
particular, dos resultaron sorpresivas: Tamaulipas y Durango.
Además de los ganadores virtuales da
cada Estado hay que reconocer que el sistema electoral mostró una fortaleza
incuestionable. No sólo por su capacidad para organizar elecciones, sino por su
oportuno sistema de información. Con los conteos rápidos dio certeza en la
noche electoral y desde las siete y ocho de la noche con el Programa de
Resultados Preliminares (PREP). Con ello, previno el anuncio adelantado de
candidatos perdedores o líderes de partido, reclamando victorias inexistentes y
posible caos.
Los Estados con ventajas a favor de Morena al
inicio de las campañas se mantuvieron o se ampliaron. En Oaxaca, como se
esperaba, el candidato de Morena ganó por más de 60 puntos. En el caso de
Quintana Roo se presentó el triunfo con la mayor diferencia porcentual (el
40%). Y en el caso de Hidalgo se registró la mayor preferencia porcentual por
Morena de las 15 elecciones de 2021 y de las seis elecciones de 2022, es decir,
de las 21 elecciones realizadas de los últimos dos años (61.5%). Logros no
menores para Morena.
Las dos sorpresas de la elección de ayer (Tamaulipas
y Durango) nos llevan a analizar sus causas y si se puede argumentar que la
alianza Va por México resultó exitosa en esos Estados. En el caso de Tamaulipas
logró reducir la ventaja del Morena de casi treinta puntos como decían las
mediciones preelectorales, a poco menos seis puntos según los últimos
resultados del PREP. En el caso de Durango, una elección que se esperaba
cerrada con un candidato priísta, con una ventaja de apenas tres o cuatro
puntos según las mediciones pre-electorales, logró una victoria con cerca de 14
puntos.
La pregunta de análisis es si esto se
debió a la alianza Va por México o se explica más bien por condiciones locales
y circunstanciales de estos dos Estados. Lamentablemente para la alianza Va por
México la explicación parece la segunda.
En el caso de Tamaulipas la
explicación al parecer tiene que ver más con el gobernador saliente, Francisco
García Cabeza de Vaca, y la defensa que hizo de su Estado. En los días
anteriores a la elección hubo numerosos reportes sobre cómo se desmantelaron
los operativos electorales por parte de Morena. Es decir, las prácticas
clientelares y de control por parte del Gobierno del estado fueron manifiestas,
pero no suficientes para cambiar el resultado electoral.
En el caso de Durango la explicación
se remite a no haber seguido el proceso de selección de candidatos que Morena
siguió en la mayor parte de sus nominaciones. Por criterios políticos y de
genero se dejó fuera a su mejor opción electoral, el senador José Ramón
Enríquez. Este era un candidato que en ejercicios previos a la nominación de la
candidata Marina Vitela, le daba a Morena más de 20 puntos de ventaja sobre el
hoy candidato ganador Esteban Villegas. Estos números nunca los tuvo la
candidata Vitela. Desde el inicio de su nominación estaba abajo en las
mediciones. La apuesta era remontar durante la campaña. Nunca sucedió. A este
elemento hay que agregar que el gobernador Rosas Aispuro apoyó a su antiguo
contrincante (compitieron en la elección anterior a gobernador) en un acuerdo,
independiente de la alianza de sus partidos, PAN y PRI.
Probablemente más allá del número de
estados ganados por Morena el elemento más valioso, sumado al proceso electoral
de 2021 es el de la narrativa. Morena sigue mostrando fortaleza y ganando la
mayor parte de los Estados en cada contienda. En 2023, sólo hay dos Coahuila y
Estados de México. Este último con el mayor número de electores del país y al
parecer con los momios a favor de Morena. Todo rumbo a 2024 donde la idea
estratégica es que Morena se presente como el partido ganador inevitable.
Quedan pocas elecciones para el 2024, pero la percepción se sigue generando a
favor de Morena.
Fuente: El Pais
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