Es obvio que Yolanda de la Torre no debe asumir la presidencia del Tribunal de Justicia, viola el Artículo 110

 

LO CLARO DEL Negro Rodolfo Elizondo Martes 27 SEPTIEMBRE 22

Por Rodolfo Elizondo

Está claro que Yolanda de la Torre infringe la ley si asume el Poder Judicial del Estado porque es diputada federal, además no cuenta con la trayectoria, ni experiencia en la impartición de justicia para un cargo de tal envergadura; además, los duranguenses no le deben nada, en todo caso quien debe estar agradecido con ella es Alejandro Moreno Cárdenas -Alito-, por salvarle el pellejo, y pagarle lo convenientes por promover esa ley para mantear al ejército en las calles hasta el 2028, como lo diseñó el gobierno de la Cuarta Transformación.

Por si todo esto fuera poco, no enviaría un buen mensaje a la ciudadanía el gobernador Esteban Villegas Villarreal al proponerla, debe ser respetuoso de un poder independiente en el estado, como lo es el Judicial.

No deben desecharse las muestras de rechazo a esta nominación, expresadas durante todos estos días en redes sociales por reconocidos abogados duranguenses, quienes exigen que sea propuesto un perfil con experiencia en el ámbito judicial, de preferencia alguien que haya sido juez o magistrado dentro del Tribunal Superior de Justicia.

La Constitución del Estado de Durango es muy clara en sus lineamientos y en su artículo 110, advierte que para ser Magistrado del Tribunal Superior de Justicia se requiere “no haber sido gobernador del estado, titular de alguna de las secretarias de despacho del Ejecutivo, Fiscal General, diputado, diputado federal, presidente, síndico o regidor de Ayuntamiento, consejero o comisionado de algunos de los organismos constitucionales autónomos, durante el año previo al día de la elección ¿Así o más claro? Yolanda De la Torre sigue diputada federal, aunque haya solicitado licencia para separarse del cargo.

Todavía podría ser mayor el error si se trata de reformar la Construcción local para imponerla, sería una bofetada al pueblo, algo sencillamente imperdonable. Alito es quien debe recompensarla, el pueblo de Durango ya le ha dado demasiado.