Mensaje Final en la Asamblea Fundacional de la Plataforma por la Refundación del PRI, a cargo de Jaime M. Del Río Navarro.

 

COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS:


Con todo respeto, pero asumiéndome como un PRIISTA SIN MORDAZA, les confesaré que,  muchos militantes como yo, hemos tolerado, bajo la bandera de la institucionalidad, las antiguas prácticas de control y obediencia al interior del Partido, pensando en la unidad y confiando en que al hacerlo, se fortalecía a una dirigencia, que defendía el buen rumbo del País y que, enfrentaba resistencias injustificadas, en la conducción del Partido, que actuaba como brazo político, de un Gobierno priista comprometido con el desarrollo democrático y empeñado en hacer realidad la justicia social para todos los mexicanos. 


En este ideario, muchos nos inmolamos. 


Hoy las cosas son muy diferentes.


Hoy no sólo está en peligro la subsistencia del PRI, sino el futuro del País, en manos de un caprichoso, corrupto y dictatorial personaje, al que, es imperioso atajar en su despropósito de desmantelar la Constitución, para eliminar los controles, frenos y contrapesos en el ejercicio del poder y, que pretende demoler las instituciones y procesos democráticos, que hemos construido los mexicanos.


Ante esta realidad, muchos militantes y simpatizantes priistas, vemos con preocupación, una inexplicable posición de tibieza y, en ocasiones, de sospechosa colaboración, que podría terminar por convertir al PRI en satélite de MORENA y en “plomero de Andrés Manuel”, si la dirigencia partidista y nuestras bancadas legislativas, no se asumen como una "oposición real", que mantenga y acreciente, las alianzas sociales y políticas, para frenar estos intentos que amenazan el futuro democrático del País y los derechos humanos de los mexicanos. 


Por ello, es más que urgente, entre otras cosas, cuidar la alianza partidista, que lamentablemente se ha intentado romper, veladamente, desde dentro. 


Para los militantes es un derecho y una obligación, defender lo que significa el PRI y exigir transparencia y congruencia ética, en las decisiones que pueden poner en riesgo al País. 


El PRI no es un espacio de pastoreo para lograr docilidad y ceguera política ante las evidencias. 


No se puede invocar la unidad para buscar obediencia ciega y silencio cómplice. 


Eso sería renunciar a nuestra dignidad en la política.  


No creo que el llamado a defender los principios y valores democráticos por los que el Partido ha luchado, sea un llamado a la sedición interna. 


El Partido es patrimonio de sus militantes, y no de unos cuantos, que negocian protección o prebendas personales. 


No es una franquicia que pueda manejarse con una actitud patrimonialista.  


Por ello, es imperioso que la militancia participe en la definición del rumbo y las decisiones trascendentales, políticas y legislativas del PRI, impidiendo negociaciones oscuras y vergonzantes, que no responden al sentir general del priismo. 


Es prioridad, replantear el papel que el PRI está jugando ante los ojos de la gente y de sus militantes, y rescatarlo de las condiciones patrimonialistas de control.


La crisis por la que atraviesa el Partido, derivada de la simulación, la falta de inclusión, la ausencia de democracia interna y el alejamiento de sus propósitos originales, nos exige avanzar en su refundación, atendiendo a su origen y a la necesidad de su modernización, reconociendo y eliminando nuestros yerros y luchando con claridad en contra de la corrupción y la impunidad, para tener el Partido que exige, una sociedad cada vez más crítica y demandante. 


Es el momento para que el PRI, recupere la vanguardia histórica en defensa del Estado de Derecho y la Justicia Social, dentro del régimen de libertades que hemos construido


Lamentablemente, ante esta crisis, no se aprecia sensibilidad en la Dirigencia, para impulsar una urgente asamblea nacional con carácter refundacional, emitiendo ya, la convocatoria y la instalación de una comisión preparatoria con verdadera autonomía, obstaculizando así, el necesario proceso de transformación interna, que el PRI requiere para renovarse y recuperar la confianza ciudadana.


Es por ello que un grupo de priistas que no buscamos chamba, ni cargos o candidaturas del Partido, en el legítimo uso de nuestros derechos partidistas, impulsamos esta corriente de opinión y expresión política nacional que se pronuncia enérgicamente, en contra la corrupción y la impunidad, y exige la refundación del Partido, dirigencia de tiempo completo y participación en las trascendentales decisiones partidistas y legislativas. 


Compañeras y compañeros, los convocamos a que  con nuestra activa participación, rescatemos al Partido y evitemos una vergonzosa colusión que le haga el juego al destructor de las instituciones de México. 


Que viva la Plataforma por la Refundación


Que viva el PRI 


Que viva México



JAIME MARIANO DEL RÍO NAVARRO

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