Por: Pilar Aguilar
Durango Dgo.- Javier Herrera Valles, excoordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal, declaró el lunes que es una verdadera mentira que el expresidente Felipe Calderón, desconociera las irregularidades que cometía Genaro García Luna, cuando se desempeñaba como encargado de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF).
Entrevistado en el noticiario matutino que Grupo Garza Limón trasmite a través de la Tremenda dirigido por Antonio Gaytán Rodríguez, el duranguense que en el año 2008 cumplía 30 años al servicio de la Policía Federal cuando fue arrestado y llevado a prisión, luego de que motivado por el deterioro en el área operativa de la corporación decidió denunciar la irregular actuación de un Secretario de Seguridad Pública que desconocía completamente el funcionamiento de la misma, pero lo peor era que con sus equivocadas acciones la delincuencia se enseñoreaba y se incrementaba la violencia en el país.
En unos cuantos minutos, Herrera Valles contó la prolongada pesadilla que junto con sus hermanos, hijos y demás familiares vivió en el sexenio de Felipe Calderón y relató que al principio de la administración inició el ataque contra el narcotráfico en Michoacán, en el que participaban elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP), de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y del Ejército Mexicano, pero todos liderados por el recién nombrado Genaro García Luna.
En ese entonces, al estar como Jefe del Distrito 2006, en Mayo se registró la matanza de varios individuos en Cananea, Sonora, por lo que el entonces gobernador, José Eduardo Robinson Bours Castelo, pidió que se investigara el por qué sospechosamente las autoridades encargadas de la vigilancia en las carreteras no detectaron el convoy de vehículos con individuos armados que salieron desde Sinaloa para llegar a su entidad y perpetrar el sangriento y mortal ataque.
Esa vez, se detectó que en todo ese trayecto no había ni una sola patrulla de la Policía Federal Preventiva (PFP), por lo que, el coordinador Francisco Javier Garza Palacios, y de pasadita Héctor Luévanos Becerra, fueron concentrados pero misteriosamente García Luna mandó al primero como agregado de la corporación a Colombia, esto, con el fin de protegerlo.
Fue entonces que a Herrera Valles fue nombrado Coordinado de Seguridad Regional, y cuando le ordenaron que diera de alta como comandantes a siete elementos de la AFI que habían reprobado los controles de confianza, se opuso rotundamente, también a firmar adquisiciones que no estaban justificadas, al igual que a ser cómplice de otras irregularidades.
Ante tal situación, se creía que estaba en contra de las disposiciones del Secretario García Luna, pero lo que realmente ocurría era que su trayectoria intachable de 30 años en la corporación, no le permitía aprobar esos procedimientos a todas luces fuera de lugar.
Luego se enteraría que se estaba admitiendo personal sin experiencia que había estado involucrados en delitos de homicidio, narcotráfico y otros, para que ocuparan lugares estratégicos a cambio de 50 mil dólares, es decir, se vendían las plazas.
Después de ver tanta irregularidad, a principios del año 2008 buscó enterar a Calderón sobre lo que estaba ocurriendo en esa institución, y luego de redactar una carta bien documentada, comenzó a pensar cómo le haría para que llegara a manos del Mandatario mexicano, de la forma más secreta posible, pues consideraba que era algo muy peligroso.
El Coordinador de Seguridad Regional creyó haber encontrado a las personas ideales para ese delicado propósito: Rodolfo Elizondo Torres, quien había repetido como Secretario de Turismo y Juan de Dios Castro Lozano, ambos, no solamente paisanos suyos, sino amigos de su padre, José de la Luz Herrera, que se había forjado en el panismo al lado de Jesús H. Elizondo, padre de “El Negro”.
Fue el 15 de febrero de 2008 cuando les entregó la carta a Elizondo Torres y a Castro Lozano, de los que este último le dijo que depusiera su actitud de delatar a García Luna, porque esto era muy peligroso, ya que era uno de los funcionarios consentidos del Presidente.
Sin embargo, al otro día se dio cuenta de algo más grave: Rodolfo lo había traicionado, esto, luego de que su hermano Arturo, quien se desempeñaba como Comisario de la Policía Federal en Tabasco, le llamó telefónicamente para informarle que su Comandante Superior, Edgar Eusebio Millán Gómez, le mandó hablar para mostrarle dicha carta y leérsela, al tiempo que le preguntaba si él estaba enterado de eso, ante lo que respondió que no.
Por cierto, Millán Gómez fue ejecutado posteriormente por los elementos de la corporación de la que García Luna había sido titular en el sexenio del también panista Vicente Fox. La AFI había detenido a José Antonio Montes Garfias, Juana Virginia González, María Teresa Villanueva Aguirre, José y Jorge Ortega Gallegos y Alejandro Ramírez Báez.
Obviamente, desde entonces inició el hostigamiento no solo para Javier, sino para su hermano Arturo, así como para sus hijos que formaban parte de la misma corporación, pero aun así, otra carta que le había entregado a la diputada Elena Alvarez, viuda de Vicencio, la cual se la llevó a César Nava Vázquez, quien era el Secretario del Presidente, sí llegó a manos de este último.
Todo esto le provocó a Herrera Valles una persecución laboral, lo afectaron en sus actividades familiares, económicas, le intervinieron su teléfono, por lo que elaboró otra misiva con copia al Procurador, Secretaria de la Función Pública, a la Comisión de Derechos Humanos y Cámara de Diputados, pero la reacción nuevamente fue en su contra, pues en el mes de septiembre su hermano Arturo fue arrestado y llevado a la cárcel, acusado de estar vinculado con un secuestrador al que apodan “El Pitufo”, situación que consideró como un mensaje de advertencia para que no continuara.
A Herrera Valles también le fincaron señalamientos falsos, como el que no se presentaba a laborar, por lo que le suspendieron el sueldo y finalmente lo dieron de baja, pero lo peor vendría el 17 de noviembre, cuando al dirigirse junto con su hijo Eduardo al noticiero de Denisse Mearker, donde daría una entrevista, fue interceptado por sus excompañeros, lo golpearon y arrestaron, para enseguida ser acusado de vínculos con el crimen organizado, concretamente por sus nexos con el Cártel de Sinaloa.
Fueron tres años y 10 meses los que estuvo encarcelado, hasta que un Magistrado le otorgó la libertad absoluta, liberación que también le otorgaron a su hermano Arturo, pues ambos casos habían sido producto de un venganza de García Luna, claro con el apoyo del señor Presidente.
En la entrevista exclusiva concedida a GGL, Javier Herrera Valles asegura que el expresidente Calderón es un cobarde al manifestar que desconocía la existencia del “Cártel de Genaro”, y lo que debió hacer es guardar silencio y asumir su responsabilidad, pero también auguró que habrá más detenciones por este caso, al tiempo que recordó que como presidente electo, el General Tomás Angeles Dauahare le dijo a Calderón Hinojosa que García Luna estaba involucrado en el narcotráfico, pero aun así lo designó como su Secretario de Seguridad Pública, militar que también fue víctima de una venganza del “Supersecretario” ya que a finales del sexenio, lo mandó detener, acusado de nexos con el narcotráfico.
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