Se le cae nuevamente el show a Loretito sobre “el reportaje al hijo mayor de AMLO

 

La supuesta “pieza clave” en el presunto “tráfico de influencias” de José Ramón López Beltrán, habló y negó cualquier tipo de acto de corrupción.

Se trata de Keith Schilling, quien fuera ejecutivo de Baker Hughes en Canadá.

Contó que cuando la compañía lo envió al país vecino del norte de Estados Unidos, decidió alquilar su casa en Houston.

Para tal motivo, contrató a una empresa especializada en ello. Quien alquiló la casa fue Carolyn Adams, pareja de José Ramón. Ahí, la pareja vivió, según Keith, de agosto de 2019 a julio de 2020, es decir, un año.

En esa época, Schilling vivía en Canadá, ocupándose de las operaciones de Baker Hughes en ese país.

El ejecutivo, que dejó de laborar en Baker Hughes en diciembre de 2019, afirmó que no tenía “ninguna relación previa, conexión personal o familiaridad con el arrendatario o la familia del arrendatario de ninguna forma o manera alguna”. E indicó también que “en cualquier de mis roles en Bakes Hughes, no tenía responsabilidad por ninguna actividad comercial o contrato en o relacionado con México”.

 

Además, agregó:

 

Como práctica estándar, cuando me modo por trabajo, alquilo mi propiedad personal en el área de Houston, a un tercero. Lo hice desde agosto de 2019 a julio de 2020.

Schilling afirmó que el alquiler se celebró con un contrato típico, “a precio de mercado”, y agregó: “Me pagaban mensualmente, de acuerdo con los términos del contrato de alquiler”.  Indicó que quien se encargó de la gestión de alquilar la casa fue una empresa especializada en ello, es decir, de bienes raíces.

Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad realizaron un “reportaje” donde, sin afirmarlo, dan a entender que José Ramón López Beltrán incurrió en conflicto de interés y tráfico de influencias al “operar” para beneficiar a su casero, el alto ejecutivo de Baker Hughes, keith Schilling.

Polemón, desde la semana pasada, ha evidenciado las inconsistencias del reportaje, y la imposibilidad de afirmar que hubo algún acto de corrupción.

Hoy, Peniley Ramírez, “abundó” sobre el tema, y en un texto publicado en Reforma afirma que Baker Hughes fue aún más “beneficiada” por Pemex, precisamente cuando José Ramón habitaba la casa de Schilling.



Ramírez especula y da a entender que una prueba contundente de ello es que Pemex le dio a Baker Hughes dos ampliaciones de contrato en 2019.

Las ampliaciones de contrato, evidentemente, no indican un acto de corrupción. Y además, una de esas ampliaciones se firmó el 31 de diciembre de 2019, precisamente cuando Schilling, la supuesta “pieza clave” en el “tráfico de influencia” de José Ramón López Beltrán, había dejado ya Baker Hughes, y se preparaba para entrar de lleno (el 2 de enero de 2020) como presidente (CEO) de Basic Energy Services, Inc, empresa que era, en parte, competencia de Baker Hughes.

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