Esteban Villegas Villarreal comienza la desconstrucción del mito de su gobierno con el tema del plaqueo adelantado.


Ya se cumple un mes de haber tomado posesión como gobernador de Durango Esteban Villegas Villarreal quien llegó en la peor crisis económica del estado a intentar generar esperanza para un pueblo saqueado por al menos los tres últimos gobernadores.

Y si el primer tropezón del nuevo mandatario fue el nombramiento de un gabinete que pareció una imposición del tristemente célebre Jorge Herrera Caldera con personajes muy desgastados y ligados a la corrupción, lo que por cierto se reflejó ya en una encuesta de Mitofsky con apenas un 27 por ciento de aprobación ciudadana, todo indica que tan solo un mes está bastando para que quienes votaron por un proyecto que por lo menos parecía el menos peor se caiga de tajo.

Es que nadie imaginó que después de hablar de una reingeniería financiera esto incluyera una iniciativa del propio gobernador llevada ante los diputados duranguenses para que el replaqueo de vehículos que por ley correspondería pagar hasta el año 2025 se adelantara al próximo mes de enero de 2023.

Si la forma es fonda, se entiende por qué el diputado Ricardo López Pescador se echó a cuestas la labor de plantear la iniciativa, hacer el trabajo en los medios de comunicación para resaltar las "bondades" que esto pudiera traer a las finanzas.

}El mencionado diputado, quien por cierto fue asesor del gobernador José Rosas Aispuro a la par de su papel de legislador en el Congreso que presupone ya un conflicto de intereses, fue premiado además con un puesto en el gabinete para su hijo.

Se entiende que se manejaron valores entendidos,  como ya sabemos la manera de actuar de unos diputados tibios, si no es que fríos, una mayoría votó a favor de la iniciativa por lo que los poseedores de un vehículo en Durango, además del concepto de replaqueo deberán cubrir el refrendo, un impuesto para "fomento a la educación" y una cooperación para la Cruz Roja que además no estamos seguros que de pagarse habrán de llegar a la institución, en resumen, todo suma la cantidad de 4 mil 992 pesos.

La primera reacción del ciudadano fue de estupor. ¿Por qué se presupone que ha de ser el ciudadano el que ayude a resarcir lo que se robaron los últimos gobernadores, especialmente José Rosas Aispuro Torres muy hábilmente manejado por su esposa a quien se conoció como la gobernadora? No es que no se quiera asumir flexibilidad, sabemos que los tiempos requieren de un esfuerzo conjunto, pero no quieran jugar con la inteligencia de los duranguenses. ¿Cuantas denuncias formales se tienen ya ante las instancias correspondientes para que percibamos en general que se buscará justicia?

Equivocan en mucho las medidas que toman, y no se diga la comunicación política. Por eso hablamos al principio de que a menos que se de reversa a una iniciativa avalada por los grises diputados y que es sumamente impopular, este mandato de Esteban Villegas Villarreal está comenzando a desconstruirse, a hacerse añicos a tan solo un mes. Preocupante si hablamos de tan pocos días para que un gobernador termine de caer en la aceptación general.

Cuando hablamos del mito político o mito de gobierno nos remitimos a este concepto que se creó a principios del siglo XX y que teóricamente se debe a George Sorel, quien a grandes rasgos definía este concepto sobre la base de una comunicación gubernamental capaz de crear consenso, establecer vínculos con el ciudadano. Un mito de gobierno es aquel que se sostiene de la percepción simbólica del ciudadano y que tiene como principal objetivo a corto plazo el de generar esperanza, fijar objetivos claros, pero que trasciende además por que diseña a largo plazo un plan de gobierno que dé resultados, sin olvidar una agenda que genere proximidad con la gente.

 En estos momentos los asesores de Esteban Villegas posiblemente estén midiendo los impactos negativos de la medida anunciada ayer y si fueran prácticos buscarían un mecanismo alterno menos lesivo para los ciudadanos. Como hasta el momento de parte del Gobierno del Estado nada se ha afirmado de modificar el siniestro plan, los duranguenses comunes seguimos sintiendo que el mito de que el nuevo gobernador no se equivocaría fatalmente dos veces en un mes (la primera fue en el nombramiento del gabinete), estamos atestiguando además de una nula empatía un atropello que les pasará factura tarde o temprano porque en una sociedad donde no se construye consenso, obviamente no existe una buena gestión.

Si en el estado de Durango existe un padrón de 300 mil vehículos y suponiendo que en 2023 todos los dueños de los autos pagaran los 5 mil pesos que a la mala le están imponiendo, nos resulta una suma de mil 500 millones de pesos.

Agregue usted los que se van a incorporar a las reglas tributarias con la ampliación de la nacionalización de vehículos de origen extranjero. Nada despreciable las expectativas de recaudación.

Por fortuna desde ayer algunos despachos de abogados planean ya los amparos masivos contra esta medida impopular, pero sobre todo ingrata por que no puede ser que después del saqueo de la última administración estatal ahora traten de que los habitantes de Durango paguen parte de los platos rotos.

Fuente: Jose Luis R


odriguez Chavez

 

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